lunes, 12 de junio de 2006

Añoralgias

Hace un rato comparaba mí foto actual con una de hace unos años (unos 3 o 4 años) y veía lo mucho que he cambiado físicamente en tan poco tiempo; entonces se me ocurrió escribir algo sobre la niñez, pero cuando estaba encadenando algunas ideas, mi cabeza comenzó a volar y a divagar… Me acordé de viejas amistades, de viejos paisajes y colores y de tantas personas que por un motivo u otro he dejado de ver.
Mientras hacía esta síntesis de mi corta vida vinieron a mi mente los tres elementos claves para sentirse realizado: Plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro, pero también me di cuenta de todas las bellezas que se cruzan por nuestros caminos y nos hacen felices y nos marcan profundamente.
Y tal vez esto signifique que día a día escribimos un libro, tenemos un hijo y plantamos un árbol, porque cada cosa que hacemos llena una página del enorme cuaderno de la vida diaria; porque cada recuerdo que atesoramos es como un frondoso árbol que embellece nuestro camino; y cada amistad que cultivamos es como un hijo que requiere de nuestra atención y cariño.
Por eso repasé mis recuerdos con una sonrisa en el rostro, viendo viejas fotos de amigos y lugares que van a ir conmigo siempre, llenando ese espacio que es complementario a este; esa otra libreta. No la de los apuntes que hago con tinta, sino la de los que escribió cada uno de esos momentos dándome un pedacito de sí y ayudando a formarme en esto que soy.

Lean esto o no, sepan que los tendré conmigo siempre.

Saludos!

PD.: el título de esta nota es de una zamba de Les Luthiers.